Después de diez días sin postear nada, queda patente que la fidelidad de las y los lectores que me queden está hecha a prueba de balas. La semana ha estado cargadita de titulares jugosos, gracias entre otros a Pedrojota que está a punto de demostrar que ZP es un agente secreto marroquí capaz de involucrar a ETA para provocar la caída de un Gobierno en España que le resultaba incómodo para el conflicto con el Sahara Occidental. Por perseverancia no será. Al-Zapat está a punto de caer.
Hoy La Razón nos regala una de esas sutilezas que a menudo se encuentran en la base del engaño. La confusión entre el dentro y el fuera, esto es, entre el in- y el ex-, entre la imposición y la exposición:
No hay por qué pensar que ciertas confusiones deban ser intencionadas. Pero en casos como estos conviene recurrir a la biblia de la institución que limpia, fija y da esplendor: el diccionario de la Real Academia Española. La primera acepción es la que más se ajusta al titular de hoy: "Poner una carga, una obligación u otra cosa". El término empleado puede resultar correcto si lo que se quiere dar a entender es lo siguiente: "Batasuna pone la obligación de que se cumplan sus «reglas» al PSOE y al PNV para que se constituya la mesa de partidos". En este punto comienzan las dudas sobre la veracidad del titular, al menos en tres aspectos, extraídos del propio desarrollo de la información en páginas interiores del periódico:
1. Batasuna ha hecho llegar un documento a todos los partidos, excepción hecha del PP y sus dos delegaciones oficiosas en Navarra, UPN y CDN. Es decir, no sólo a PSOE y a PNV. ¿Por qué citar sólo a los dos partidos en la portada?
2. Sólo puede poner obligaciones aquel que es llamado a un diálogo, o aquel que lo busca a cualquier precio. No quien está esperando la puesta en marcha de ese diálogo.
3. Más importante que los dos puntos anteriores, en el desarrollo del documento de Batasuna al que el diario "ha tenido acceso" (típico eufemiso utilizado cuando se trata de hablar de filtraciones interesadas y/o contactos con los gabinetes de prensa de los partidos políticos), no hay nada que suponga obligación, salvo un punto. En el documento se plantea que para la toma de acuerdos bastará con mayorías suficientes, aunque Batasuna establece que en ellas deben estar representadas las dos sensibilidades del País Vasco; es decir, nacionalistas vascos y no nacionalistas vascos. Algo que La Razón interpreta como un guiño al PSE, dicho sea de paso. Y aquí es donde sobreviene la supuesta "imposición" de Batasuna, cito textual: "Batasuna matiza que «esta condición no podrá ser ejercitada como un instrumento permanente para el bloqueo o el veto de posibles acuerdos». Es decir, que si un partido se obstina en oponerse a un acuerdo, al final no se le hará caso".
Desde mi punto de vista, La Razón llama "imposición" al sentido común. No es de extrañar, cuando suele tildar de "sentido común" a algunas imposiciones discursivas procedentes de partidos que tienen miedo a que la paz en el País Vasco abra el sumidero de buena parte de sus votos, cosechados en el miedo al "vasco=etarra". De hecho, la tercera acepción de "imponer" según el Diccionario de la RAE es: "Infundir respeto, miedo o asombro".
De ahí la confusión también entre imponer y exponer, definido este último vocablo como: 1. Presentar algo para que sea visto, ponerlo de manifiesto. 2. Hablar de algo para darlo a conocer. Por tanto, el ContraTitular de hoy es:
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