TITULAR_ Alcaldes del PP anuncian que no casarán a parejas homosexuales CONTRATITULAR_ La homofobia de la España profunda de derechas sale del aramario
4 comentarios:
Anónimo
dijo...
Espero que cuando un juez se rija por sus principios morales, y no por la Ley, que es lo que debe hacer, sea destituido tal como corresponda. Luego que vaya a pedir ayuda al Vaticano, jajaja ya vera "Roma no paga traidores"
Se han apuntado otros cuantos alcaldes a la moda de la objeción de conciencia, el de Valladolid va aún más lejos dice que ni él ni nadie en su ayuntamiento casará homosexuales, otro alcalde, el de Pontons dice que los homosexuales son tarados, olé. http://actualidad.terra.es/nacional/articulo/alcalde_pp_pontons_268514.htm
Una cosa son los alcaldes, que creo pueden aducir objecion de conciencia (alla cada uno con su conciencia) y otra los jueces. Los jueces DEBEN cumplir la ley, les guste o no.
Totalmente de acuerdo. Lo fabuloso del tema es que los alcaldes del PP se contradicen entre ellos: los de las ciudades fuertes no pueden parecer arcaicos, y los de las pequeñas, la España profunda, no pueden dejar de ser lo que son. Es un espectáculo para disfrutarlo (si bien una tragedia acerca de la modernidad de este país).
4 comentarios:
Espero que cuando un juez se rija por sus principios morales, y no por la Ley, que es lo que debe hacer, sea destituido tal como corresponda. Luego que vaya a pedir ayuda al Vaticano, jajaja ya vera "Roma no paga traidores"
Se han apuntado otros cuantos alcaldes a la moda de la objeción de conciencia, el de Valladolid va aún más lejos dice que ni él ni nadie en su ayuntamiento casará homosexuales, otro alcalde, el de Pontons dice que los homosexuales son tarados, olé.
http://actualidad.terra.es/nacional/articulo/alcalde_pp_pontons_268514.htm
Una cosa son los alcaldes, que creo pueden aducir objecion de conciencia (alla cada uno con su conciencia) y otra los jueces. Los jueces DEBEN cumplir la ley, les guste o no.
Totalmente de acuerdo. Lo fabuloso del tema es que los alcaldes del PP se contradicen entre ellos: los de las ciudades fuertes no pueden parecer arcaicos, y los de las pequeñas, la España profunda, no pueden dejar de ser lo que son. Es un espectáculo para disfrutarlo (si bien una tragedia acerca de la modernidad de este país).
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