viernes, octubre 06, 2006

Caos, what caos?

Viene al caso el título del post de hoy por la portada de La Razón, ovejera, en el sentido de mezclar churras con merinas. Alguien pensará que llamo borregos a sus lectores, uno a uno, o rebaño tomados en conjunto. Si alguien se siente ofendido, allá él/ella. Lo de "ovejera" lo explico a continuación.
















Lo primero, la información ampliada en páginas interiores del periódico. "Los ministros de Interior de la Unión Europea adoptaron ayer un mecanismo de intercambio de información que obligará a los Estados miembros a comunicar al resto de socios cualquier medida de inmigración y asilo, como las regularizaciones". Es decir, es noticia que la UE haga lo que tiene que hacer, emprender medidas comunes. Se admite en parte, si tenemos en cuenta que en ciertos asuntos la Unión Europea está más separada que la mayoría de grupos musicales tras más de 10 años de éxitos. Pero la tarea que emprende es informativa, no de blindaje.

Segundo punto, información interior. "
En Luxemburgo, los responsables europeos reiteraron su compromiso de reforzar las fronteras marítimas del sur del continente y confirmaron que la misión de la Agencia Europea de Control de las Fronteras Exteriores (Frontex) en las Islas Canarias se ampliará hasta el mes de diciembre". Ahá. Se trata de una medida, ahora sí, de blindaje. Es un compromiso reiterado, que en términos de política europea se trata de un "puedo prometer y prometo" de los de Suárez, o un "por consiguiente" de los de Glez., o un "amosavé" aznaril. Palabrería. Pero se admite que es palabrería referida a blindaje.

Es decir, la UE acuerda tomar una medida común de información y se compromete a blindar las fronteras prestando ayuda al Gobierno español. De crítica de la UE a la medida de regularización extraordinaria del Ejecutivo ni una palabra. Pero el texto, firmado por Enrique López -Quique, ponte al día-, sí establece esas críticas a través de una conexión casi tan paranoide como la de PSOE-ETA-11M. Según el sr. López, dícese periodista, la UE toma esta resolución como respuesta a la regularización, que en boca del diario para el que trabaja y no de los comisarios europeos fue: a) masiva y b) desastrosa.

Dos aclaraciones al respecto. La primera es que no fue una campaña de regularización masiva. Fue una medida para poner a la luz, al máximo posible, el inmenso número de situaciones de contratación laboral que no estaban normalizadas. Relaciones laborales que, gracias a la legislación aprobada por el PP no encuentran opción ninguna, aun cuando el empleador lo desee, para salir de la economía sumergida. Quizá La Razón prefiera que esas relaciones labolales permanezcan en el anonimato del dinero negro (dinero blanqueable). Algo que no sería de extrañar habida cuenta de las innumerables estafas que la mayoría de los medios de comunicación, con La Razón a la cabeza, aplican a su plantilla: ausencia de contratos, sueldos misérrimos (si es que existen), jornadas de 15 horas al día, y sobrecarga de trabajo que antepone el número de páginas por redactor a la calidad de la información.

Segunda aclaración, habida cuenta de la primera. Lo desastroso en ese sentido es que la mayoría de la población inmigrante que mantenía una situación laboral no normalizada hubiera permanecido en esa situación. Pero las estimaciones que se han hecho arrojan datos de entre un 60 y un 80 por ciento de acierto (lamento no vincular documentos, no tengo tiempo hoy para flirtear con el hipertexto).

Hay un tercer elemento inquietante en el titular: el "caos" fronterizo. Es lo que llamo el "efecto llamada" de los elementos conservadores, el grito de "a mí la legión". El caos fronterizo no se mide por el número de vidas humanas que tratan de cruzar una frontera, sino por el fracaso en tratar con una mínima dignidad a quienes lo logran. Cabe entender, por tanto, que para La Razón el método menos caótico para salvaguardar la frontera es gasear (¿con el peligrosísimo ácido bórico?, disculpen la digresión), a quienes llegan a este país hablando otro idioma, calzando otro pellejo o vibrando con otras selecciones deportivas no-españolas.

El contratitular de hoy arranca de un artículo que firmé el año pasado en un manual sobre "Desarrollo y Derechos Humanos". Con las disculpas previas por la autopublicidad, dice así:

Parece, y es lamentable, que de momento no estamos muy preocupados en que el Occidente de principios del siglo XXI sea estudiado, a principios del XXII, como el coto de los ricos del planeta que quisieron pertrechar sus pertenencias, algunas de ellas no demasiado legítimas, cercar su territorio, electrificar sus limes y cercenar la esperanza de millones de seres humanos que buscaban traspasar sus fronteras, precisamente para buscar las posibilidades de mejora que se le negaban sistemáticamente en su lugar de origen (...)

No habrá armas suficientes que contengan la deseperación y la búsqueda de una vida mejor. No habrá fronteras que puedan contener la rebleión contra la injusticia. Han fallado todos los intentos por evitar una vida más digna, y fallarán sisteáticamente mientras haya un solo ser humano que ofrezca resistencia a quien trate de apisonar su instinto fundamental: el de supervivencia.


Así pues:

4 comentarios:

Anónimo dijo...

“Algo que no sería de extrañar habida cuenta de las innumerables estafas que la mayoría de los medios de comunicación, con La Razón a la cabeza, aplican a su plantilla”
Queda claro que renuncias para siempre a la posibilidad de trabajar con la actual dirección de La Razón (cosa que entre nosotros te honra).
“(¿con el peligrosísimo ácido bórico?, disculpen la digresión)” estás disculpado y si me lo permites alentado, para que salpiques tus artículos con ligeros toques de humor inglés (o si quieres, moderado y civilizado humor madrileño).
Saludos

Alfonso Piñeiro dijo...

Lo de trabajar para La Razón depende de cuanto me ofrezcan para poner en cuarentena mis principios. O de mi necesidad de supervivencia. Por el momento no es un escenario previsible.

El humor inglés queda apuntado como posibilidad de mejora. En cuanto al madrileño, me reservo ese juicio de cálido y moderado, porque dudo que no sea otra cosa que frío y extremista. Es el clima social de la ciudad capitaneada por Gallardotón IV el Constructor. Y no vaya a ser que acabe diciendo "ejque" por tratar de utilizarlo.

Sota dijo...

Ey, qué tiene de malo el ejque? Yo soy catalufo y lo uso...

Alfonso Piñeiro dijo...

Que nos delata a "lojque" "somojdakí", y nos hace pasar por madrileños paletos. Sólo insignes como Sabina están llamados a utilizarlo de forma digna. En el resto de casos suena "hojco" y "ajqueroso". Con vos, imperator rex, haremos una excepción.