Hay días en los que la prensa (saludos, lector@s, regreso de unas minivacaciones que han sabido a gloria, en mi recién estrenada condición de mozalbete del INEM), regala piezas para tirar de la memoria a corto plazo. Hemos pasado de las reglas para la mesa de partidos "impuestas" por Batasuna a las condiciones que fija la propia mesa de partidos:
Una de las informaciones de apoyo es "Doce falacias sobre la mesa de partidos", en la que cabe destacar la octava de la lista de una denuncia "moderada" en la visceralidad de sus formas y el radicalismo de su fondo:
8.- No es un modo de acercar a Batasuna a la aceptación del juego democrático, sino una vulneración descarada de ese juego para modificarlo según las exigencias de Batasuna.
Me limito a consignar el comentario de fechas atrás, que en aquella ocasión argumentaba el ContraTitular a La Razón:
"En el documento se plantea que para la toma de acuerdos bastará con mayorías suficientes, aunque Batasuna establece que en ellas deben estar representadas las dos sensibilidades del País Vasco; es decir, nacionalistas vascos y no nacionalistas vascos. Algo que La Razón interpreta como un guiño al PSE, dicho sea de paso. Y aquí es donde sobreviene la supuesta "imposición" de Batasuna, cito textual: "Batasuna matiza que «esta condición no podrá ser ejercitada como un instrumento permanente para el bloqueo o el veto de posibles acuerdos». Es decir, que si un partido se obstina en oponerse a un acuerdo, al final no se le hará caso".
Es decir, una vez más, el planteamiento de Batasuna no es que si un partido se empeña en algo se le haga caso, sino que si se empeña en el bloqueo de ese o de otro algo, se le dejará de lado. Algo parecido a lo sucedido en el Parlamento con la conspiranoia auspiciada por la negra peonada.
Hablando de las artes del nuevo periodismo de declaración del que lleva haciendo gala Pedrojeta algo más de 15 años, el veterano lince prosigue su guerra particular:
Lo del señor J. puede resultar preocupante. No por la sociedad, sino por su sociedad, esto es, su empresa. ¿Cuánto tiempo puede permitirse una empresa editora la persecución de un capricho, la obstinación en demostrar una verdad indemostrable? ¿Cuántos titulares se necesitan para hacer caer las evidencias policiales y judiciales, y establecer un vínculo inexistente entre ETA y el 11-M? Más allá de la ética informativa, con la que se rompe al tratar de llevar un asunto a portada de manera sistemática, se pone en entredicho el futuro de una cabecera, su credibilidad y el pan de sus redactores y resto de trabajadores. No mucho, dicho sea de paso, porque este oficio da de comer tarde, poco y mal. Más de un integrante de la plantilla de El Mundo, y más de dos y de tres, es contrario a la línea editorial de su diario, pero no le queda otra que seguir escribiendo en él. Hay quien establece un nexo entre esta pataleta conspiranoica y la investigación de los GAL. Sólo que en este caso, permítanme la diferencia, no hay sumario judicial que ampare las teorías del núcleo duro del jota y su Abadillo de cacería.
Pero volviendo al primer titular, y tirando de memoria a más largo plazo, la ausencia del PP en la mesa de partidos me recuerda a aquella otra negativa a participar en "La pelota vasca", el documental de Julio Medem: alegaron que Otegi estaba presente en el mismo. Ya sabemos que la derecha española es la representante pura del ideal democrático y el espíritu de la Transición, y que lo es desde la muerte del caudillo. Por eso será.
2 comentarios:
Pregunta: ¿Cuánto tiempo puede permitirse una empresa editora la persecución de un capricho, la obstinación en demostrar una verdad indemostrable?
Respuesta: Hasta que lleguen las próximas elecciones generales, pues aceptar antes que se han equivocado les restaría (si esto es posible) credibilidad, después ya se verá las desviaciones meníngeas, que les provoquen los resultados producidos.
Saludos
Suerte que los milikos ya no son de su cuerda, a pesar de lo que crea algún MENostálgico
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