lunes, diciembre 05, 2005

Inmigración y delincuencia

La zafiedad del titular que nos ofrece hoy La Razón tiener carácter profesional y además moral. Es decir, viola la ética periodística y también la ética social. Si bien la segunda no es exigible a un periodista, sí lo es a quienes, como los directivos de La Razón, abanderan la lucha por la libertad de expresión de los medios católicos ante la supuesta presión del «Gobierno y sus socios». Dice este diario que:

La mitad de los presos que sale de la cárcel reincide el primer año


Primera implicación: falta mano dura. Recordemos que la cárcel, en un sistema democrático y occidental, en teoría tiene como cometido la reinserción social, no el castigo justiciero. Ergo, el problema es el sistema penitenciario, y las oportunidades de reinserción reales que se encuentran al salir de prisión. Su ausencia lleva a reincidir.

Además, dos curiosos subtítulos acompañan la información: El juez decano de Madrid atribuye la alta reincidencia a las penas benévolas y a la inmigración, y Seis de cada diez detenidos que llegan a los juzgados no tienen nacionalidad española. Volvemos a un clásico de los agitadores de fantasmas que aprendieron de los caudillitos de turno, la relación entre inmigración y delincuencia, partiendo de un dato estadístico que es incontestable: la delincuencia cometida por población extranjera ha aumentado. Pero esta delincuencia, lejos de estar relacionada con la inmigración, encuentra su explicación en los muchos agujeros legales de nuestro país. Cómo solucionar eso es una cuestión compleja, pero nada tiene que ver con una política más estricta, o más flexible, en la cuestión migratoria. La delincuencia organizada, ejecutada, o respaldada por extranjeros guarda estrecha relación con las mafias, que no necesitan emitir emigrantes, precisamente, para procurarse su sustento o tratar de ampliar la calidad de vida. Lo explican con precisión, y datos, en el Movimiento contra la Intolerancia, cuando recuerda que hablamos de inmigrantes, no de delincuentes

Así pues, si lo que se quería resaltar era esta idea, el titular debería haber sido bien distinto:

Casi todos los inmigrantes vienen a delinqir y acaban en la cárcel


Como semejante afirmación es insostenible, a pesar de que es la que trata de «colar de rondón» nuestro querido rotativo, resultaba indispensable hoy desactivar este atentado a la ética profesional y social, y proponer el siguiente ContraTitular:

Las cárceles españolas condenan a la exclusión y no frenan a las mafias


ContraTitulado queda.

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